Una reflexión sobre los olvidos políticos de la crítica económica que se nos hace.
trabajadores del sector
privado, participan como copropietarios comunes de la propiedad socialista de
todo el pueblo
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Por: Profesor MsC Rubén Darío Mora Fernández
He leído los últimos artículos de Monreal acerca de la unificación cambiaria en Cuba y el plan de estabilidad que propone. No voy a situarme en las verdades que plantea, sino en aquellos olvidos políticos que en su crítica a la economía cubana, en particular los asuntos antes enunciados, no revelan nuestra realidad.
Considero que no debe hablarse de sector cooperativo y privado como dos elementos iguales del sistema de propiedad en Cuba. Los principios generales del funcionamiento del primero no son los mismos del segundo, sino que se entrelazan con los propósitos individuales, colectivos y sociales, como resultantes del sistema de propiedad de todo el pueblo.
En la conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista se expone: “El sector cooperativo se basa en el principio del cooperativismo, la voluntariedad, decisión colectiva e igualdad de derechos, autonomía y sustentabilidad económica, cultura y disciplina cooperativista, responsabilidad social, contribución a la economía, a la educación y al bienestar de sus socios y familiares, colaboración y cooperación entre cooperativas y con otras entidades” (p.7). Mientras en la propiedad privada, “los actores económicos de propiedad privada deben aportar a la identificación y aprovechamiento de potencialidades productivas y al bienestar, para el desarrollo socioeconómico del país. Los propietarios ejercen la dirección del negocio y disfrutan de los correspondientes derechos. Responden por el cumplimiento de los deberes y responsabilidades sociales, incluido el respeto al derecho de los trabajadores contratados y demás obligaciones conforme a la ley (p.8)
Ello explica la no existencia de la categoría en Cuba de la empresa privada nacional y, sí el reconocimiento como micro, pequeña y mediana empresa privada, como actores complementarios en dicho sistema. Por eso no se entiende que la supuesta pérdida de empleo en el sector estatal, ha estado dirigida por la política de la ampliación del sector no estatal; que abarca no solo el trabajo por cuenta propia, sino también el perfeccionamiento de las formas cooperativas, privadas y mixtas como parte de acelerar el desarrollo de las fuerzas productivas después de la crisis de los noventa. Las respuestas que ofrece como foco unidireccional que desconoce las diversas dinámicas internas del sector no estatal se explicita de forma absoluta, “en que la mayoría de los casos los TXCP lo que han hecho es sobrevivir”. Todo lo contrario, la mayor parte vive mejor que antes, en cuanto a ingresos, aunque una parte de ellos esté situada en los espacios de movilidad descendente de fuerza de trabajo.
Como toda actividad económica privada, existen algunas que producen más valor agregado que otras, entre ellas las que se dedican al diseño o informatización de procesos que se han encadenado a actividades estatales o prestan servicios más cercanos al consumidor en nuestras comunidades; aunque esto no es una exclusividad de Cuba, tiene experiencias propias de efi
Siguiendo esas dinámicas los TXCP dedicados a servicios domésticos, así como los trabajadores contratados, son los que pudieran estar en desventajas en comparación con los que laboran en el sector del transporte, los arrendatarios y los dueños de restaurantes. Pero los primeros no han necesitado políticas específicas de beneficio para moverse hacia estas últimas labores, su movilidad se lo ha permitido el grado de prosperidad en el marco del reconocimiento de la ley, por lo que no están sobreviviendo, como se expresa por Monreal.
cacia funcional.
...siendo trabajadores del sector privado, participan como copropietarios
comunes de la propiedad socialista de todo el pueblo y son beneficiados
con los fondos sociales de consumo que los protegen de cualquier
desproporción o crisis
Una parte de los más de 500 mil TXCP están en procesos de reproducción simple, lo que no significa por debajo del nivel de pobreza, si estimamos este en ingresos inferiores al “cambio 1x1” que usted critica, además, y esto si puede ser una excepción de Cuba, es que siendo trabajadores del sector privado, participan como copropietarios comunes de la propiedad socialista de todo el pueblo y son beneficiados con los fondos sociales de consumo que los protegen de cualquier desproporción o crisis. Se reproducen dentro de un sistema de relaciones sociales que atenúan el impacto de la inexperiencia en actividades económicas entre pequeñas y medianas empresas privadas del país y participan estas empresas privadas en procesos de licitación de proyectos inversionistas como personas jurídicas reconocidas.
Por tanto la gradualidad del desarrollo del TXCP no está medido por el drenaje de fuerza de trabajo del sector estatal, ni por aspiraciones a fusiones empresariales complejas que faciliten la creación de una empresa privada nacional. Está proyectado prospectivamente a los encadenamientos necesarios con el sector estatal, cooperativo y mixto, para el acercamiento progresivo a la satisfacción de necesidades que demandan las comunidades, desde producciones que no realiza el Estado. Por eso se distingue como un eslabón del sistema, no como actor de saneamiento (privatización) para momentos oportunistas de estabilización monetaria.
...ningún sistema en transición al socialismo es capaz de absorber con las formas estatales de producción toda la propiedad privada
En el plan de Monreal se plantea que “existen opiniones que acuden al marxismo para justificar el desinterés por el sector no estatal”; yo utilizo el marxismo y el leninismo para cumplir y explicar un viejo principio político de gran actualidad para Cuba: ningún sistema en transición al socialismo es capaz de absorber con las formas estatales de producción toda la propiedad privada. De ahí que en la crítica de Monreal, el contenido político de la economía no está sustentado en toda la verdad sino en la que conviene al plan de saneamiento (privatización) después de la unificación cambiaria. En este sentido no se menciona desde el lugar en que escribe, que el sector estatal se viene perfeccionando mucho antes del 2010. Lo que ha sucedido es que el sector externo de la economía está bloqueado en todos sus flancos, con la persecución irracional de cazadores foráneos del gobierno de Estados Unidos de Norteamérica, de las riquezas que producen las formas estatales, que determinan el patrón de acumulación del país.
Igualmente el doble impacto al que se alude por Monreal, no resulta de la necesidad de “poner en orden las cuentas empresariales y la irrentabilidad adicional que supondría una devaluación de la moneda nacional”. En ese discurso no aparece la categoría inflación y se enmascara con insuficiencias institucionales o empresariales del Estado cubano, cuando todo el mundo conoce que el doble impacto está en el bloqueo económico, comercial y financiero que impone condiciones de contingencia a las operaciones financieras y comerciales de todo el sistema productivo, lo cual implica la separación – cada vez más prolongada – entre la producción y su realización en el mercado tanto nacional como internacional de nuestros productos tradicionales y de los exclusivos con alto valor agregado.
Yo pudiera reducir mi respuesta a su “genial mecanismo” para lograr la “estabilidad económica” después de la unificación cambiaria, pero me doy cuenta que confunde mecanismos con leyes y medios con instituciones. Al presentar a la Comisión Económica para la Estabilidad (CEE) y a la Corporación para la Transformación de Activos Estatales (CTAE), según Monreal sin funciones ejecutivas; lo cierto es que asumen en la práctica atribuciones ministeriales para organizar traspasos de empresas estatales hacia empresas privadas, como parte del saneamiento (privatización) de estas.
Lo más interesante del tema como profesional que soy de la economía política en Cuba, es responder a un fenómeno que aparece en su artículo como rama suelta del árbol de las manzanas prohibidas. Su interrogante: “¿cómo gestionar integralmente la principal fuente productiva del país - sus trabajadores – ante la incapacidad de la empresa estatal para hacerlo?
Lo primero que hemos hecho es junto al proceso de actualización del modelo o consustancial a él, es concebir la capacitación, preparación y superación de todos los dirigentes (fuerza de trabajo calificada) del país que conducen los asuntos económicos, jurídicos y políticos, sobre el cambio conceptual, jurídico y funcional, junto a los dirigidos (fuerza de trabajo calificada, no calificada y el pueblo).
Esto se realiza sobre la base de principios como:
1- los problemas de la esfera de la circulación no pueden ser resueltos sin perfeccionar la esfera de la producción.
2- no se pueden concebir los procesos económicos como fin del sistema a perfeccionar, sino como procesos de dirección política con sus mecanismos, métodos y medios que internalizan no solo la racionalidad económica, sino cómo esta responde a la racionalidad social, conceptualizada en la visión de la nación: soberana, independiente, socialista, democrática, próspera y sostenible.
3- cada medida de política económica que se aplique su gestión tendrá siempre un propósito estratégico: contribuir a la reproducción de las relaciones socialistas de producción.
Como estos aspectos siempre estarán en pugna con el capitalismo falseado que se nos quiere introducir culturalmente desde un selecto club de la propiedad privada, yo respondo con el pensamiento político de Martí: “lo que un grupo ambiciona cae, perdura lo que un pueblo quiere”.
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