Propiedad y prosperidad, un binomio en la cima del debate económico actual.
Por: Carlos M. García Valdés.
Propiedad y prosperidad, ¿dónde se intersectan?
Dos categorías, una eminentemente económica y otra interdisciplinar acaparan la atención de la polémica económica y política en los medios digitales, en particular en los blogs.
No es casual, la propiedad como relación de producción está en la base de los procesos económicos: en la producción, distribución, cambio y consumo, e incluso trasciende a otros fenómenos sociales, políticos e ideológicos. Marx y Engels al criticar a Proudhon aseveraron que “...la división social del trabajo y todas las demás categorías del señor Proudhon son relaciones sociales, cuyo conjunto forma lo que actualmente se llama propiedad”. (1) En esta misma línea de pensamiento la Conceptualización del Modelo afirma que “Las relaciones de propiedad son determinantes en todo sistema socioeconómico,…”(2)
La propiedad en cualquiera de sus formas históricas es determinante en cuanto al papel de los hombres en la producción, en el mercado y finalmente en la apropiación de los resultados de la producción incluyendo el excedente y el uso que se le da en beneficio de toda la sociedad o de determinadas personas y clases sociales. Es en este punto en que propiedad y prosperidad se intersectan. La prosperidad asociada a otras categorías como bienestar material y espiritual, nivel, calidad y modo de vida es en cierta manera el producto final de la realización de la propiedad. En esta cadena que va desde la propiedad hasta la prosperidad, entendida precisamente como disfrute material y espiritual de los resultados del trabajo y de las garantías que le provee la sociedad a sus miembros, intervienen múltiples mediaciones o factores entre ellos económicos(los más y decisivos) pero también jurídicos, morales, medioambientales, históricos, de tranquilidad o intranquilidad ciudadana, de comportamientos humanos y de múltiples normas sociales.
Pero todas estas mediaciones se levantan sobre el sistema de relaciones de propiedad, que en cualquier sociedad integra varias formas, pero también en cada sistema socioeconómico, en cada país incluso, una forma es determinante sobre las demás, y en consecuencia ese tipo de propiedad es la que debe garantizar prioritariamente el alcance social de la prosperidad.
No es necesario acudir a los Lineamientos y a la Conceptualización del Modelo para comprender que desde 1960-61 la forma de propiedad determinante es la social identificada en estos documentos con la de todo el pueblo representada por el Estado, por eso se le denomina “propiedad estatal”. Hasta 1990 esta propiedad que era monopólica también fue la principal responsable del bienestar material y espiritual del pueblo que ahora se subsume en el concepto de prosperidad.
La medición de los avances sociales: importancia y limitaciones.
No es cierto como algunos economistas burgueses afirman que hemos perdido más de 50 años en materia del bienestar de los cubanos y ahora es que se pretende lograr la prosperidad. Cuba logró hasta el período especial indicadores sociales que la situaban a nivel de países en desarrollo. El coeficiente Gini, el más usado para medir las desigualdades sociales de 0,22 (mientras más se acerque esa magnitud al 1 aumenta la inequidad) indicaba el alto nivel de justicia social alcanzado, pero apenas se comparaba con decenas de indicadores sociales en la salud, la educación, la cultura, el deporte, la ausencia técnica del desempleo, la no presencia( o a muy bajo nivel) de lacras sociales como la droga, la prostitución, el abuso infantil, entre otros.
Cuba era el país de menos inequidad de la región, con ese coeficiente de Gini contra alrededor de 0,60 como promedio en América Latina y el Caribe a finales de la década de los ochenta. La población en riesgo o de pobreza de ingresos era solamente del 6,2 %, y la pobreza crítica o absoluta había sido erradicada. La mortalidad infantil fue en 1989 solo de 11 por cada 1000 nacidos vivos.
Los indicadores para medir la prosperidad y su contraria la pobreza se han deteriorado pero aun así se conservan las principales conquistas sociales de la revolución, esas que desbordan las posibilidades de medición de bienestar y de eliminación o contracción de la pobreza como el IDH y el Coeficiente de Gini de los organismos internacionales. Estos cuando se analizan al margen de los principales derechos humanos en lugar de informar desinforman, en vez de justipreciar esconden verdades esenciales, a partir de un alto grado de manipulación y selectividad.
No sé si me provocó indignación o risa conocer que Ucrania envuelta en una guerra que ha ocasionado numerosas víctimas, donde son perseguidos y reprimidos determinados sectores de la población, ocupa el primer lugar en cuanto a la igualdad social medida a través del mencionado Coeficiente, y que en ese mismo indicador Cuba en la actualidad solo aventaja moderadamente a México( 0,41 y 0,48 respectivamente) donde la violencia y la inseguridad estremecen diariamente al hermano y querido país.
No obstante pienso que también estamos carentes de instrumentos para medir realmente los avances hacia la prosperidad, de estudios serios en ese sentido y en la determinación más o menos exacta de los principales problemas sociales de nuestro país en la actualidad. La desaparición física de investigadores sociales dedicados a estos temas no puede significar la defenestración de proyectos de investigación tan necesarios para incrementar la densidad objetiva de las intenciones y metas sobre la prosperidad contenidas en la cuarta parte de la Conceptualización y en el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030.
La prosperidad a cargo de dos tipos diferentes de propiedad: ¿quién vence a quién?
Las condiciones en que se realiza ahora la reproducción de las relaciones de producción socialistas y de las fuerzas productivas, en particular su componente vivo, el decisivo, han cambiado sobremanera y lastraríamos estas reflexiones solo mencionando algunas. Pero además no es lo más importante.
La pregunta que algunos economistas se hacen, y lo planteo en general sin calificación para no caer en una posición maniquea, es si la prosperidad generalizada se puede alcanzar sobre la base de la propiedad social o hay que asignarle el rol principal a la propiedad privada empresarial emergente que ya comporta elementos que la asemejan a la propiedad privada capitalista. La pregunta lleva incorporada la respuesta que desestima las posibilidades de lograr bienestar generalizado bajo la primacía de la propiedad social y en consecuencia le confieren esta función social a la propiedad privada empresarial nacional. Mueve a risa que los que así piensan y defienden tal criterio de una manera bastante inconsecuente ignoren lo que está pasando en el mundo dominado por la propiedad privada capitalista. No hace falta acudir a datos e indicadores, es suficiente una hora conectada a las redes sociales u otros espacios de Internet con toda la manipulación y desinformación que le son inmanentes.
La ley general de la acumulación capitalista descubierta por Marx en virtud de la cual se polarizan la riqueza y la pobreza no solamente es vigente ahora sino que asume dimensiones extraordinarias y dramáticas.
Atilio Borón, célebre académico argentino, comenta que a escala planetaria, 200 corporaciones reciben ingresos mayores al de todos los países del mundo salvo los 9 de mayores ingresos.(3)
En la actualidad unos 1,200 millones de personas viven con menos de 1,25 dólares al día y 2, 700 millones viven con menos de 2.50 dólares. Además, 1,500 millones de personas viven en una situación de pobreza multidimensional, el número de personas con dos privaciones asciende a casi 800 millones, de lo que resulta que 2,200 millones viven con dos o más privaciones críticas.(4)
En los EEUU el 1% más rico de la población estadounidense ha captado el 95% del aumento total del ingreso desde 2009, en tanto que el 90% más pobre se empobreció más. Hay alrededor de 50 millones de norteamericanos en condiciones de pobreza (14,5% de la población) y 42 millones sin cobertura médica, una situación difícil de revertir cuando la caldera de la economía no termina de levantar presión. (5)
Resulta curioso que con tantos problemas sociales en el mundo algunos economistas cubanos y extranjeros se interesen con tanta pasión por los problemas sociales de Cuba ajena a la inmensa mayoría de los más graves. Sin embargo, no solo es interesante sino también importante para activar las armas ideológicas. Además algunos de los análisis de viejos y actuales cubanólogos contienen aseveraciones fundamentadas que no pueden pasarse por alto. Me viene a la mente la idea de Alfredo González de que cualquier teoría por errática que sea siempre contiene algún elemento de la realidad.(6)
Que la realidad económica y social ha cambiado en Cuba es también incuestionable y nos podemos ahorrar la hora de conexión antes mencionada para comprobarlo, además que la mayoría de los cubanos no tiene posibilidades o muy limitado acceso a esas bondades de la civilización.
Las diferentes formas de propiedad y en particular la emergencia de la propiedad privada empresarial a escala micro, pequeña y media han acabado con el monopolio propiedad estatal- prosperidad. Esa propiedad privada también produce bienestar además de tributar al PIB y de satisfacer no pocas necesidades de la población. Es una noción que queda bien clara en la Conceptualización. El problema está en que nada parece indicar que es esa la propiedad que está capacitada para revertir los deteriorados índices de igualdad, de justicia social, y garantizar en determinado plazo el bienestar material y espiritual generalizados, porque no lo hizo en el pasado cubano y no lo ha hecho para miles de millones de personas en el presente y las tendencias económicas y sociales que mueven al mundo capitalista no presagian algo distinto.
Aun con el retroceso en las condiciones sociales, Cuba está enclavada en la franja de desarrollo humano alto según el IDH de 2016 y sus indicadores sociales como la tasa de desempleo, la mortalidad infantil y materna, el índice de criminalidad y otros tantos la instalan entre los países más avanzados en el desarrollo social.
Aun con el retroceso en las condiciones sociales, Cuba está enclavada en la franja de desarrollo humano alto según el IDH de 2016 y sus indicadores sociales como la tasa de desempleo, la mortalidad infantil y materna, el índice de criminalidad y otros tantos la instalan entre los países más avanzados en el desarrollo social. La cuestión es que los factores económicos, desde la propiedad social y la planificación hasta las formas básicas de distribución de las riquezas y demás elementos de organización económica, social y política que permitieron tales niveles siguen activos, a ellos debemos apostar y para eso tenemos que continuar con las reformas económicas que implica la Actualización del Modelo Económico y Social de Desarrollo Socialista.
El sector socializado de la economía-estatal, cooperativo y mixto-tiene considerables ventajas sobre el sector privado nacional (urbano y rural) para producir prosperidad, bienestar material y espiritual y calidad de vida. Entre estas:
1. Emplea a las ¾ partes de los trabajadores del país.
2. Es ampliamente dominante en los sectores estratégicos que constituyen la principal fuente de riquezas materiales, financieras, culturales y de conocimientos sin las cuales las posibilidades de prosperidad generalizada se convierten en una ficción.
3. Los servicios sociales básicos proveedores de educación, salud, asistencia y seguridad social gratuitas o parcialmente gratuitas en algunos casos, son un importante espaldarazo a la prosperidad generalizada.
4. La actividad científica y técnica productora de conocimientos, producciones y servicios es una de las principales garantías de la prosperidad y el bienestar generalizados y tiene un impacto directo sobre el desarrollo sustentable sin el cual estos estarían seriamente “contaminados”.
5. La provisión de recursos financieros al presupuesto (más del 80 %) posibilita una redistribución justa de los ingresos y una importante protección a los sectores más vulnerables económica y socialmente. También son importantes para garantizar la tranquilidad ciudadana, para financiar los servicios sociales, la ciencia y la técnica y otros renglones, todos de incidencia directa en el desarrollo sostenible, principal premisa para garantizar la prosperidad generalizada.
Hoy es evidente la participación de la propiedad privada en la construcción del socialismo próspero y sostenible, pero solo con esta o confiándole el protagonismo económico y social, no tendremos nunca ni socialismo, ni desarrollo, ni prosperidad generalizada.
El sector socializado de la economía-estatal, cooperativo y mixto-tiene considerables ventajas sobre el sector privado nacional (urbano y rural) para producir prosperidad, bienestar material y espiritual y calidad de vida. Entre estas:
1. Emplea a las ¾ partes de los trabajadores del país.
2. Es ampliamente dominante en los sectores estratégicos que constituyen la principal fuente de riquezas materiales, financieras, culturales y de conocimientos sin las cuales las posibilidades de prosperidad generalizada se convierten en una ficción.
3. Los servicios sociales básicos proveedores de educación, salud, asistencia y seguridad social gratuitas o parcialmente gratuitas en algunos casos, son un importante espaldarazo a la prosperidad generalizada.
4. La actividad científica y técnica productora de conocimientos, producciones y servicios es una de las principales garantías de la prosperidad y el bienestar generalizados y tiene un impacto directo sobre el desarrollo sustentable sin el cual estos estarían seriamente “contaminados”.
5. La provisión de recursos financieros al presupuesto (más del 80 %) posibilita una redistribución justa de los ingresos y una importante protección a los sectores más vulnerables económica y socialmente. También son importantes para garantizar la tranquilidad ciudadana, para financiar los servicios sociales, la ciencia y la técnica y otros renglones, todos de incidencia directa en el desarrollo sostenible, principal premisa para garantizar la prosperidad generalizada.
Hoy es evidente la participación de la propiedad privada en la construcción del socialismo próspero y sostenible, pero solo con esta o confiándole el protagonismo económico y social, no tendremos nunca ni socialismo, ni desarrollo, ni prosperidad generalizada.
13 de junio de 2017.
(1) C. Marx, Carta a P.V. Annenkov, en Carlos Marx y Federico Engels, Obras Escogidas en tres tomos, tomo I, Editorial Progreso, Moscú 1973, p. 536.
(2) Conceptualización del Modelo Económico y Social de Desarrollo Socialista. Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030: Propuesta de Visión de la Nación, Ejes y Sectores Estratégicos. Tabloide, S/F, ni Editorial, párrafo 117.
(3) Manuel Sutherland “Qué es la crisis mundial sistémica del capitalismo? ¿Por qué nos esconden la realidad de la gravedad del asunto? “ Internet, 26de enero de2009 .
(4) Resumen: Tendencias socioeconómicas mundiales y proyecciones para los próximos 15 años(2015-2030)La Habana, enero, 2016.
(5) Ídem.
(6)Alfredo González. Prólogo a Instrumentos para el análisis económico, de Oscar Echevarría, Alina Hernández y otros, INIE, 2001, p 24.
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