Después del rabo de nube (+ Video)
Carlos M. García Valdés.
Dice el célebre cantautor cubano Silvio Rodríguez que si tuviera que pedir un deseo pediría un rabo de nube “que se llevara lo feo y me dejara el querube”. Algo así, no es textual. Lamentablemente, este tornado o rabo de nube como lo conocía desde niño cuando en mi natal Bauta varias señoras trataban de cortarlo con tijeras, no se ha llevado lo feo sino muchas cosas preciosas. Lo más bello que se llevó fue la vida de 7 cubanos, además de causar lesiones de diferentes grados a otros cientos de compatriotas. Suscribo las condolencias a los familiares expresadas por Triana y otros compañeros.
Se llevó también, en milenarias cantidades, uno de los bienes más importantes de las familias cubanas y de cualquier parte del mundo, la vivienda, el principal problema material de los cubanos.
Se llevó la seguridad y tranquilidad de miles de hogares al destruir parcial o totalmente, además de sus viviendas, importantes bienes muchos de los cuales no les será fácil reponer, entre otras causas por los elevados precios en nuestras tiendas. Una de las cosas que debió llevarse el tornado es los prohibitivos precios de artículos electrodomésticos y de otros de primera necesidad que actúan como micro tornados perennes que afectan el nivel de vida de los cubanos, en particular el salario real.
El rabo de nube, no el de Silvio sino el del 27 de enero de 2019 debiera haberse llevado muchas cosas bien feas y eso si tiene que ver con el buen artista cubano. Entre ellas la desvergüenza de los que medran a costa de las necesidades insatisfechas de viviendas y otros bienes personales básicos, toda una mafia de especuladores muy difícil de contabilizar; la desidia, insensibilidad y mal trato de funcionarios y hasta trabajadores que de una manera u otra prestan servicios a la población; la inercia de algunos cuadros estatales y políticos que no tienen que esperar por un evento catastrófica de este tipo para preocuparse y ocuparse, que es lo más importante, de los problemas de la población.
Muchas cosas feas debieron ser arrasadas por el tornado de La Habana, pero no podemos responsabilizar a un fenómeno natural, ni tan siquiera a colosales obras de la inteligencia humana como los engendros radioelectrónicos de Estado Unidos y Rusia en Alaska y Crimea respectivamente, con todos estos defectos que tanto entorpecen la construcción del socialismo en nuestro país.
La más “feo”, que reclama un tornado de responsabilidad y patriotismo es el intento de desunir a los cubanos.
Lo primero que me vino a la mente después del fatídico día del 27 de enero fue publicar en Cuba Economía un mensaje de condolencias y solidaridad con mis compatriotas víctimas del fenómeno natural. No lo hice porque quería contar con el aval moral de mi participación directa en las labores de recuperación y esto se dilató un poco, recién el sábado pude hacerlo junto con cerca de 50 trabajadores y estudiantes de mi centro de trabajo. Ya con este expediente moral podía escribir algo que más bien resulte un complemento a los artículos de Dacal, Ricardo Torres y Juan Triana. Lo más importante estaba dicho. Pero ellos y otros compañeros habían alertado sobre otro tornado más peligroso, un documento elitista que más que contrarrevolucionario resulta antipatriótico. Esto último me impulsó a escribir estas notas sobre dos actitudes ante la vida diametralmente opuestas: la de la mayoría de los cubanos solidarios con los damnificados por el tornado y los malos cubanos que tratan de desunirnos en los momentos en que el pueblo debe ratificar en referendo un documento totalmente unitario, solidario y humano.
Un llamamiento a rechazar la Constitución solo puede sustentarse en patrañas.
La alta jerarquía de la iglesia católica, que no es la iglesia ni sus fieles, la misma que en los momentos más difíciles de la revolución ha tratado de desunir al pueblo, ahora en un manifiesto de 20 “reflexiones” convoca a que “cada ciudadano” ( no solo a los creyentes católicos sino a todos los cubanos con derecho al voto) ejerza su “voto responsable” que después de tantas impugnaciones a la Constitución no puede ser otro que el NO.
En realidad son muy pocos los puntos de crítica y los argumentos son en extremo flojos por falta de veracidad. Las 4 refutaciones: la ideología, el carácter laico del Estado, el matrimonio y la propiedad privada se reducen a tres porque las dos primeras son semejantes.
1) El problema ideológico, porque el texto constitucional menciona el socialismo y el comunismo excluyendo el capitalismo que sería lo distinto. Esto último no lo dicen, es una inferencia nuestra.
2) La cuestión del matrimonio porque se abre la posibilidad de que en un futuro se acepte el matrimonio entre dos personas sin distinguir el sexo. Aquí mienten, como en casi todo el texto, porque dicen “El texto constitucional propuesto a referendo, en lo referente al matrimonio, no ha tenido en cuenta la opinión mayoritaria de la población.” (1) El artículo 68 concentró cerca del 25 % de las opiniones y la mayoría de esa proporción apoyaba la redacción de la Constitución anterior, lo que sería siempre menos de esa relación. (2) Si las matemáticas no han cambiado, aun aceptando como total el 25 %, nunca sería la mayoría de los que opinaron, que es un concepto muy diferente al de “población”.
3) El tema de la propiedad privada, porque no creen que se le pueda poner límite. Dicen los jerarcas:”… nos complace que el Proyecto de Constitución también reconozca la propiedad privada, aunque siempre se deberá tener en cuenta que los límites de cualquier propiedad deben estar solamente condicionados por el principio descrito anteriormente. En este campo, consideramos que lo expuesto con relación a la inversión extranjera debe ser extendido al ciudadano cubano sustentado esto en la igualdad de todos los cubanos en sus derechos, deberes y oportunidades sin discriminación alguna.” (3)
Es obvio que los que les molesta a los grandes jefes de la Iglesia Católica no es la ideología marxista ni la opción del socialismo y el comunismo para alcanzar la verdadera soberanía económica y el bienestar de los cubanos sino la exclusión del capitalismo como sistema para los cubanos.
No hace falta perder el tiempo en desmontar razones tan enclenques. En el hipotético caso de aceptar sus argumentos concentrados en la crítica a 3 artículos (1,3 %) no habría razón ninguna para desestimar y votar en contra de la Constitución que tiene 229 artículos y todos favorecen de manera directa o indirecta al pueblo. Solamente los artículos que refrendan los derechos y garantías de todos los cubanos contenidos en el Título V “DERECHOS, DEBERES Y GARANTÍAS” ascienden a 59 , el 25,8 % del total. Estos son derechos y garantías directos porque los otros capítulos referidos a la estructura y organización del Estado y Gobierno están orientados a crear las condiciones suficientes para que estos casi 60 artículos se realicen. Es muy difícil, para no decir imposible, que una Constitución en el mundo sea tan progresista, tan humana y revolucionaria en el sentido más extenso de este término, y estoy pensando en el contenido del concepto de Revolución de nuestro líder histórico.
Todos estos derechos y garantías se conciben para los cubanos, no importa si todos apoyan al socialismo, si son marxistas, idealistas, anarquistas, ateos, creyentes, (no solo católicos sino de las decenas de religiones de los cubanos: 27 % de católicos y70 % con creencias africanas), heterosexuales, bisexuales y homosexuales.
Es una Constitución para el pueblo cubano, para garantizar su seguridad, su independencia, dignidad y bienestar material y espiritual. No hace diferencia de color de la piel, de género, de preferencia sexual. Tampoco diferencia las diferentes economías que reconoce desde la estatal hasta la privada. Beneficia tanto al trabajador de una entidad estatal como al de una empresa mixta, de capital totalmente extranjero y privada. Por cierto, de los propietarios privados una parte importante ha fomentado sus negocios a partir de un proceso inversionista y no es despreciable el capital que viene del extranjero incluyendo los EEUU. Se calcula que más del 50 % de las remesas.
Pero la propiedad que se establece como la principal, la de todo el pueblo, benéfica a todos los cubanos no solo porque asegura el 70 % del empleo sino porque garantiza el 100 % de la educación y salud gratuitas, entre otras ventajas.
La Constitución de manera total, integral, sistémica, es la unidad, la garantía del progreso para todos, no solo para los marxistas o para los creyentes católicos, para heterosexuales y homosexuales. El llamado de la jerarquía católica a no aprobarla es la separación, la diáspora de todos estos ingredientes que convergen en un solo nombre: CUBA.
Aún con la Constitución actual, la del 76 reformada en 1992, con sus limitaciones, la Revolución ha demostrado que no deja desamparado a nadie, que todo lo que hace es para el bien del pueblo, de cada uno de los cubanos y no es un secreto que una buena parte no conoce ni el socialismo ni el capitalismo, aunque sientan gran amor por su patria.
Los compatriotas que han sido perjudicados por el “rabo de nube”, que les toco lo más “feo” del siniestro y que hacen colas para recibir materiales o alguna ayuda, podrán quejarse por la lentitud de los trámites y manifestaciones puntuales de indolencia, pero ninguno tiene que certificar su militancia política, su afiliación ideológica, su creencia religiosa, su posición social y sexual.
Despedida.
Me disculpan los lectores por toda esta “lata”, pero como expresé en el artículo anterior sobre la realización de la propiedad socialista en la Constitución, por razones de salud, en particular de la vista, no puedo comprometerme con abastecer este blog como se merecen los lectores. No hago ninguna valoración porque no me corresponde, pero si puedo afirmar que disfruté mucho esta oportunidad, muy breve pero enjundiosa. Incluyo en este disfrute la polémica con todos sus aderezos, no siempre de buen sabor, pero de otra forma habría resultado aburrida la faena. Hay muchos compañeros capaces y revolucionarios escribiendo sobre la economía cubana y otros temas de interés para nuestra sociedad socialista en construcción. Seguiré lo que se escribe y publica, leyendo u oyendo. Escribiré lo que pueda, pero sin presión alguna, en particular para la docencia y si algo sirve, de rebote, para la ciencia.
El 24 de febrero junto con la inmensa mayoría de los cubanos emitiré mi voto responsable, diametralmente opuesto a la “responsabilidad” secesionista, exclusivista, propugnada por un grupúsculo casi invisible, anti socialista y antipatriótico.
19 de febrero de 2019.
Notas:
1 mensaje a los Obispos Católicos Cubanos .
[2 ¿Cuáles son los principales cambios en el Proyecto de Constitución?
Cubadebate| Redacción Digital 22 Diciembre 2018
[3] Mensaje de los Obispos Católicos Cubanos…
Estimado profesor Garcia Valdés mi nombre es Rodolfo Crespo mi correo es rodohc21@gmail.com visitaré vuestra Isla en mis vacaciones en noviembre por favor escribame para contactarle y así poder coordinarle para cuando vaya poder saludarle y llevarle álgun libro. Saludos çordiales desde España
ResponderEliminarThanks for sharing of u! I very like yourblog (y) (y)
ResponderEliminarInax