La soledad de la propiedad estatal hasta el período especial.
Carlos M. García Valdés
(Tercera parte de “La propiedad en la economía y en su modelo de funcionamiento. (Repasando la historia, la teoría y provocando el debate)” Revista Cuba Socialista, cuarta época No 5, mayo-agosto 2017)
La propiedad social sobre los medios fundamentales de producción y servicios ha sido y es el fundamento socioeconómico principal de la construcción del socialismo y su obra económica y social.
Fidel Castro, Comandante en Jefe, no deja lugar a dudas: “Entendí siempre, y entenderé siempre que no puede haber otra concepción del socialismo que la propiedad de todo el pueblo sobre los medios de producción...” (1)
Las nacionalizaciones efectuadas en el periodo de mediados de 1960 a 1963 (que previeron la indemnización justa de las propiedades expropiadas), eliminaron la propiedad capitalista sobre los medios fundamentales de producción, establecieron la propiedad estatal socialista y con ello el fin de la explotación del hombre por el hombre. Al centro de la economía en lugar de la plusvalía y la ganancia se colocaron los intereses materiales y espirituales del pueblo cubano.
La ofensiva revolucionaria de 1968 tenía ante todo la finalidad política de combatir la contrarrevolución y la especulación, socializó miles de pequeños negocios, y algunas pequeñas y medianas empresas. Por supuesto tenía también un trasfondo teórico e ideológico porque se asociaba la finalidad suprema de la construcción del socialismo con la eliminación de la propiedad privada y el establecimiento de un solo tipo de propiedad, la social en sus dos formas estatal y cooperativa, lo que quedó registrado en los documentos programáticos del Partido. (2)
Hasta el descalabro de la URSS y el campo socialista europeo, el socialismo cubano en construcción funcionaba en lo fundamental sobre la base de la propiedad estatal que sirvió de soporte técnico-material, social y político de todas las transformaciones económicas y sociales que cambiaron radicalmente, para bien, las condiciones de trabajo, el nivel y calidad de la vida del pueblo cubano, cumpliéndose con creces las promesas de Fidel Castro contenidas en “La Historia me Absolverá”. (3)
La propiedad social en su forma estatal resultó, durante los primeros 30 años de construcción del socialismo en Cuba, la base material y social del pleno empleo y sus entidades ocuparon a más del 90 % de los trabajadores del país. Sus empresas del sector externo producían el 100 % de los ingresos en divisas del país. Las empresas estatales incluyendo el comercio aportan más del 90 % de los ingresos al prepuesto Central del Estado. Se crearon poderosas entidades estatales en ramas de punta como la biotecnología, la ingeniería genética, la industria médico farmacéutica, producción de equipos médicos, la electrónica, construcción de maquinarias y otras. Fueron estas y otras tantas empresas y entidades estatales las que cargaron con el peso de la crisis de los 90 y posibilitaron la recuperación.
Sin embargo la propiedad social en su espectro de funciones no alcanza en el período tratado un desempeño al nivel de sus posibilidades intrínsecas. El esquema teórico ideológico que identifica la propiedad social con la estatal y esta con la conciencia automática de propiedad, era la base del trazado de las políticas de propiedad y producción.
El modelo de propiedad estatal virtualmente único predominante, en el período 60-90, no contribuyó suficientemente al desarrollo efectivo de las fuerzas productivas y de la productividad social del trabajo.
Hay algunas razones detrás de esta realidad. Lo primero es que al igual que no hay una teoría sobre la construcción del socialismo en general y mucho menos desde el subdesarrollo y el cerco imperialista, tampoco la hay en particular sobre la propiedad social que es teórica y prácticamente, un expediente incompleto. (4) En segundo lugar la propiedad social representada por el Estado resultaba necesaria y viable para concentrar grandes masas de recursos laborales, materiales, técnicos y financieros para asegurar el despegue económico o acumulación originaria socialista. En tercer término, las prioridades del desarrollo social se garantizaban casi plenamente a partir de un régimen de propiedad estatal que devenía en segura fuente de empleo, regulaba los ingresos, respaldaba la educación, la seguridad social, la salud, el deporte y la cultura como derecho de todos y exigía poco de los trabajadores que trabajando bien, mal o simplemente sin trabajar apenas, recibían ingresos y prebendas suficientes para no preocuparse mucho por la eficiencia y sus responsabilidades como productores y copropietarios.
Hay que añadir a lo anterior que en la teoría socialista de la época se concebía la propiedad socialista estatal como la forma superior de propiedad social. A nadie se le ocurrió pensar y decir que en realidad se trata de la forma elemental, inferior o primaria de propiedad social, correspondiente al período de transición del socialismo al capitalismo. (5)
Por último y estrechamente asociado a lo anterior está el predominio real de este tipo de propiedad en la URSS y demás países socialistas. Las transacciones comerciales, económicas y financieras se hacían entre ministerios y grandes empresas estatales de los países del bloque socialista.
Un grupo de caracteres como la uniformidad organizacional, el gigantismo empresarial, la identificación en el Estado de la propiedad y la posesión y administración de los bienes, la débil participación de los trabajadores en los planes y decisiones, entre otras afectaciones, limitaron el verdadero sentido popular y real de la propiedad social.
Referencias
(1) Fidel Castro. En la Trinchera de la Revolución. Selección de Discursos .Editora Política, La Habana 1990 p 73.
(2)Plataforma Programática, Tesisi y Resolución, Departamento de Orientación Revolucionaria del CC del PCC; La Habana 1976 p 58 y Programa del Partido Comunista de Cuba, Editopra Política. 1986, p 75.
(3)Fidel Castro se había comprometido en su alegato histórico a resolver el problema de la tierra, de la industria, de la vivienda, del empleo, la educación y la salud.
(4) “Una conclusión que he sacado al cabo de muchos años: entre los muchos errores que hemos cometido todos, el más importante error era creer que alguien sabía de socialismo, o que alguien sabía cómo se construye el socialismo. Parecía ciencia sabida...” Fidel Castro, discurso en el Aula Magna de la UH , Tabloide especial No 11, 2005, p 12
(5) “La propiedad estatal es una forma primaria, indirecta, de propiedad social , no es la forma superior de este tipo de propiedad pero eso no niega sus ventajas y posibilidades internas de socialización…”. Carlos M. García. Las relaciones de propiedad en la actualización del modelo económico. Boletín Pensar y Actuar en Revolución, No 0, 2013, Editorial Páginas, p 52.
(Tercera parte de “La propiedad en la economía y en su modelo de funcionamiento. (Repasando la historia, la teoría y provocando el debate)” Revista Cuba Socialista, cuarta época No 5, mayo-agosto 2017)
La propiedad social sobre los medios fundamentales de producción y servicios ha sido y es el fundamento socioeconómico principal de la construcción del socialismo y su obra económica y social.
Fidel Castro, Comandante en Jefe, no deja lugar a dudas: “Entendí siempre, y entenderé siempre que no puede haber otra concepción del socialismo que la propiedad de todo el pueblo sobre los medios de producción...” (1)
Las nacionalizaciones efectuadas en el periodo de mediados de 1960 a 1963 (que previeron la indemnización justa de las propiedades expropiadas), eliminaron la propiedad capitalista sobre los medios fundamentales de producción, establecieron la propiedad estatal socialista y con ello el fin de la explotación del hombre por el hombre. Al centro de la economía en lugar de la plusvalía y la ganancia se colocaron los intereses materiales y espirituales del pueblo cubano.
La ofensiva revolucionaria de 1968 tenía ante todo la finalidad política de combatir la contrarrevolución y la especulación, socializó miles de pequeños negocios, y algunas pequeñas y medianas empresas. Por supuesto tenía también un trasfondo teórico e ideológico porque se asociaba la finalidad suprema de la construcción del socialismo con la eliminación de la propiedad privada y el establecimiento de un solo tipo de propiedad, la social en sus dos formas estatal y cooperativa, lo que quedó registrado en los documentos programáticos del Partido. (2)
Hasta el descalabro de la URSS y el campo socialista europeo, el socialismo cubano en construcción funcionaba en lo fundamental sobre la base de la propiedad estatal que sirvió de soporte técnico-material, social y político de todas las transformaciones económicas y sociales que cambiaron radicalmente, para bien, las condiciones de trabajo, el nivel y calidad de la vida del pueblo cubano, cumpliéndose con creces las promesas de Fidel Castro contenidas en “La Historia me Absolverá”. (3)
La propiedad social en su forma estatal resultó, durante los primeros 30 años de construcción del socialismo en Cuba, la base material y social del pleno empleo y sus entidades ocuparon a más del 90 % de los trabajadores del país. Sus empresas del sector externo producían el 100 % de los ingresos en divisas del país. Las empresas estatales incluyendo el comercio aportan más del 90 % de los ingresos al prepuesto Central del Estado. Se crearon poderosas entidades estatales en ramas de punta como la biotecnología, la ingeniería genética, la industria médico farmacéutica, producción de equipos médicos, la electrónica, construcción de maquinarias y otras. Fueron estas y otras tantas empresas y entidades estatales las que cargaron con el peso de la crisis de los 90 y posibilitaron la recuperación.
Sin embargo la propiedad social en su espectro de funciones no alcanza en el período tratado un desempeño al nivel de sus posibilidades intrínsecas. El esquema teórico ideológico que identifica la propiedad social con la estatal y esta con la conciencia automática de propiedad, era la base del trazado de las políticas de propiedad y producción.
El modelo de propiedad estatal virtualmente único predominante, en el período 60-90, no contribuyó suficientemente al desarrollo efectivo de las fuerzas productivas y de la productividad social del trabajo.
Hay algunas razones detrás de esta realidad. Lo primero es que al igual que no hay una teoría sobre la construcción del socialismo en general y mucho menos desde el subdesarrollo y el cerco imperialista, tampoco la hay en particular sobre la propiedad social que es teórica y prácticamente, un expediente incompleto. (4) En segundo lugar la propiedad social representada por el Estado resultaba necesaria y viable para concentrar grandes masas de recursos laborales, materiales, técnicos y financieros para asegurar el despegue económico o acumulación originaria socialista. En tercer término, las prioridades del desarrollo social se garantizaban casi plenamente a partir de un régimen de propiedad estatal que devenía en segura fuente de empleo, regulaba los ingresos, respaldaba la educación, la seguridad social, la salud, el deporte y la cultura como derecho de todos y exigía poco de los trabajadores que trabajando bien, mal o simplemente sin trabajar apenas, recibían ingresos y prebendas suficientes para no preocuparse mucho por la eficiencia y sus responsabilidades como productores y copropietarios.
Hay que añadir a lo anterior que en la teoría socialista de la época se concebía la propiedad socialista estatal como la forma superior de propiedad social. A nadie se le ocurrió pensar y decir que en realidad se trata de la forma elemental, inferior o primaria de propiedad social, correspondiente al período de transición del socialismo al capitalismo. (5)
Por último y estrechamente asociado a lo anterior está el predominio real de este tipo de propiedad en la URSS y demás países socialistas. Las transacciones comerciales, económicas y financieras se hacían entre ministerios y grandes empresas estatales de los países del bloque socialista.
Un grupo de caracteres como la uniformidad organizacional, el gigantismo empresarial, la identificación en el Estado de la propiedad y la posesión y administración de los bienes, la débil participación de los trabajadores en los planes y decisiones, entre otras afectaciones, limitaron el verdadero sentido popular y real de la propiedad social.
Referencias
(1) Fidel Castro. En la Trinchera de la Revolución. Selección de Discursos .Editora Política, La Habana 1990 p 73.
(2)Plataforma Programática, Tesisi y Resolución, Departamento de Orientación Revolucionaria del CC del PCC; La Habana 1976 p 58 y Programa del Partido Comunista de Cuba, Editopra Política. 1986, p 75.
(3)Fidel Castro se había comprometido en su alegato histórico a resolver el problema de la tierra, de la industria, de la vivienda, del empleo, la educación y la salud.
(4) “Una conclusión que he sacado al cabo de muchos años: entre los muchos errores que hemos cometido todos, el más importante error era creer que alguien sabía de socialismo, o que alguien sabía cómo se construye el socialismo. Parecía ciencia sabida...” Fidel Castro, discurso en el Aula Magna de la UH , Tabloide especial No 11, 2005, p 12
(5) “La propiedad estatal es una forma primaria, indirecta, de propiedad social , no es la forma superior de este tipo de propiedad pero eso no niega sus ventajas y posibilidades internas de socialización…”. Carlos M. García. Las relaciones de propiedad en la actualización del modelo económico. Boletín Pensar y Actuar en Revolución, No 0, 2013, Editorial Páginas, p 52.
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