Comentarios sobre aspectos económicos del Proyecto de Constitución de la República. ( IV y final)

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Carlos M. García Valdés.

En las dos primeras partes del artículo se analizaron las políticas y transformaciones que determinan la actualización a fondo de la Constitución, que ya no responde en la mayoría de sus artículos a la nueva realidad. En la tercera parte aparecen nuestras apreciaciones  sobre artículos que  constriñen contenidos asociados a la propiedad socialista y a otras formas de propiedad.
Dejamos para este momento final un peliagudo asunto que ha despertado el interés de muchos cubanos y la polémica entre algunos  especialistas.

Concentración de la propiedad y las riquezas, acumulación, formas no estatales: ¡tremendo  enredo!
El interés del Estado y del Partido de regular la concentración de la propiedad en las formas no estatales tiene su objetivo que se explica en la Conceptualización y en el lineamiento 4: “…para no permitir que se contraponga a los principios de nuestro socialismo.”
Quizás sea este objetivo político el más polémico no solo a nivel de la academia sino en general para una cantidad no despreciable de cubanos que han expresado sus criterios favorables o cuestionamientos en las diferentes oportunidades de consulta total o parcial.
En varias ocasiones he opinado sobre  este tema, vuelvo sobre él, una vez más. Considero que tiene una perspectiva teórica y otra real, la más importante.

Desde la primera dimensión hay que precisar varios conceptos:

a)    La concentración de la propiedad y las riquezas, aunque en  el proyecto solo se menciona la primera, es un proceso objetivo directamente relacionado con la concentración de la producción como un fenómeno que no es privativo del capitalismo aunque en este se maximizan sus contradicciones. También en la construcción del socialismo, en particular asociada a la industria y otros sectores de avanzada hay concentración de la producción y la propiedad. ¿Acaso el monopolio cubano  BIOCUBAFARMA  no es un ejemplo de concentración de la producción y la propiedad?. Claro, en este caso se trata de un proceso socialista de concentración de ambas categorías. El hecho que se segregue  el llamado sector no estatal significa que se reconoce la concentración de la propiedad  para el sector estatal.

b)    La acumulación también es un proceso objetivo propio de la producción moderna con fuerzas productivas relativamente desarrolladas que permitan un excedente que en su expresión en valor se le llama ganancia. Una parte de esa ganancia la asume el productor para su consumo personal y la otra la invierte para desarrollar la producción. Esa es la acumulación. La acumulación en el capitalismo y también en Cuba es un factor de concentración de producción, de propiedad y de riquezas. Cuando estos procesos se colocan económica y políticamente en función de la sociedad en su conjunto como en Cuba a partir del dominio de la propiedad socialista y del resto de las relaciones de producción, nadie protesta. Pero si existe la posibilidad que se verifique en “las formas no estatales” entonces aparecen las preocupaciones, en buena media racionales pero también en parte infundadas. ¿Por qué ?

c)    Porque este concepto de sector o formas no estatales es impreciso desde la economía política y complejo en la realidad. En un artículo de 2017 lo definimos de varios modos, uno de ellos: “
Atendiendo a las relaciones de producción, a la organización institucional y la base jurídica, es un sector mixto que contiene elementos de socialismo, de pequeña producción mercantil(pequeña propiedad privada) y hasta de capitalismo”   Por lo tanto se intenta “regular”- que en la primera versión se entendía como “no permitir”- formas de producción y  propiedad de diferentes naturalezas: cooperativas, empresas mixtas, empresas de capital totalmente extranjero, empresas privadas nacionales y pequeños negocios de baja densidad de capital sin fuerza de trabajo asalariada, verdaderos trabajadores por cuenta propia. Cada uno tiene su objeto social, su contribución mayor o menor a la sociedad.¿ Por qué no concentrarse en las formas no estatales privadas e incluso solo en aquellas  proclives al surgimiento de un sector capitalista que pueda crear problemas económicos, sociales y políticos a la construcción del socialismo y en particular al poder político ?

d)    Una modificación del concepto y el artículo en cuestión ( 22) pudiera contribuir a una mejor  dirección política de la sociedad al posibilitar políticas diferenciadas, pero no resolvería el problema de la concentración de la propiedad y las riquezas en las formas  privadas propensas a estos fenómenos.

La regulación del sector privado es un ejercicio complejo pero realizable.

La  regulación real y en consecuencia efectiva  de la concentración de la propiedad y las riquezas en las personas jurídicas privadas contempla acciones de este tipo:

1.    Eliminación de la dualidad monetaria y cambiaria que reduciría considerablemente la “ganancia extraordinaria” no imputable a la eficiencia del empresariado privado nacional. Otros autores han fundamentado propuestas de este tipo ( Joaquín Infante, Humberto Pérez, Barrera).

2.    Reconocimiento institucional de las empresas privadas pequeñas y medianas como reza en la Conceptualización , con la aprobación de las normativas jurídicas correspondientes. En este caso la lista de autores es extensa por lo que descartamos los nombres. El proyecto de Constitución omite el sistema empresarial nacional lo que es un retroceso respecto a la Conceptualización que pierde la cobertura constitucional necesaria para acciones de política económica. Como he escrito en otras ocasiones la institucionalidad del sector privado empresarial no solamente lo beneficiaría sino que  va a aportar importantes dividendos al Estado y a la sociedad pues se incrementaría su aporte tributario por concepto de impuestos por ganancias, por fuerza de trabajo, y otros.

3.    Realizar un levantamiento de todo el sistema empresarial privado nacional y establecer políticas diferenciadas estimulando las empresas y otras entidades de mayor impacto en la economía: PIB, empleo, exportaciones e importaciones, encadenamientos productivos, etc) mediante instrumentos fiscales, crediticios, precios, etc.  La fisonomía del sector privado, sin contar la agricultura donde desempeña un importante papel, aunque no decisivo, es básicamente comercial y de transporte de pasajeros, en tanto sectores importantes como la construcción, la industria, servicios empresariales, y otros, están a la zaga.

4.    Fomentar alianzas entre el sector empresarial y el cooperativo con el privado como forma de socialización, criterio que venimos defendiendo desde hace años. “La socialización de la pequeña producción mercantil urbana no debe tener como principal exigencia la eliminación de la pequeña propiedad privada, sino la integración de esta de manera  independiente, asociada, o cooperativa, al sistema de propiedad social por nexos visiblemente económicos y otros de corte sindical o político. De esta manera saldría fortalecido tanto el propio sector privado urbano como el modelo de propiedad social predominante en su conjunto, al ganar en estabilidad, planificidad y beneficio social.”  Las empresas mixtas nacionales reconocidas en la Conceptualización se mantienen entrampadas en  la tinta y el papel del importante documento.

5.    Obliterar los trasvases de bienes, la mayoría medios de producción, desde entidades estatales a la segunda economía( mercado negro o economía subterránea y sector privado). Además de la perversidad de sus consecuencias para la economía, los  principios y valores humanos, este flujo mercantil espurio es una de las fuentes de las supergannacias del sector privado en particular de su ala empresarial.

Riqueza buena y riqueza mala.

Comparto la opinión de colegas y otros compañeros de que hay que diferenciar las riquezas o acumulaciones de dinero y bienes por su origen y su procedencia legal o ilegal. En el primer caso la riqueza “mejor” es la resultante del trabajo honrado, contentivo de relevantes valores de uso social  material o espiritual. Estoy considerando a campesinos, constructores, transportistas, artesanos, rentistas de inmuebles, dueños de restaurantes, etc. Un subgrupo de esta riqueza “buena” lo conforman determinados  grupos de deportistas y artistas. No comparto la opinión de que  la causa principal sea el “talento”, aunque no lo excluyo ni subestimo, porque talento es lo que sobra en una buena cantidad de trabajadores manuales e intelectuales de nuestro pueblo y lamentablemente no podemos decir que sobre la riqueza. Lo que pasa es que en algunos casos “el talento” se combina con determinadas condiciones del mercado  y políticas y en otros casos  no se producen tales enlaces. Hay  condiciones en nuestra construcción del socialismo para aprovechar esa gran fuente de valores de cambio y de uso de contenido social, como también se puede redistribuir  una parte en interés de los trabajadores con riquezas limitadas.

Lo que más perturba a la sociedad es la riqueza “mala” producto de la especulación, del robo, desvío de recursos, malversación, cohecho, lavada de dinero, corrupción y otras tantas ilegalidades. Algunos académicos cubanos y extranjeros consideran que el inusitado crecimiento y el perverso accionar de este segmento de la segunda economía fue un factor esencial en el derrumbe del socialismo en la URSS y en los países socialistas de Europa del Este.

Riqueza y pobreza  :dos polos de una contradicción.

Para concluir este “picante” tema quiero apoyar las tesis de los autores  que consideran que no se puede abordar el problema de la concentración de la propiedad y la riqueza en el sector privado sin analizar el otro lado de la ecuación, el crecimiento de la pobreza en determinados sectores de la población.  Creo que una manera de regular esos procesos es lograr una redistribución de  las riquezas globales incluyendo las privadas en beneficio de los trabajadores del sector estatal en particular el presupuestado, los pensionados y otros cubanos de bajos ingresos. No voy a detenerme en las posibles vías para esto pues ya este artículo adolece de una “obesidad” perniciosa para los lectores, solo recordar que hay  economistas cubanos revolucionarios que han hecho interesantes propuestas que los decisores de políticas económicas deben considerar sin prejuicios.
Del otro lado de la ecuación está la pobreza que en el caso de Cuba no es como en el capitalismo el resultado directo de la acumulación de riquezas en un polo minoritario de la sociedad sino de una urdimbre de factores donde influyen los externos pero los domésticos asociados al Modelo son protagónicos. Al igual que es difícil determinar que es un rico en Cuba mucho más lo es calificar la pobreza y determinar cuantitativamente los pobres. Varias veces he lamentado la ausencia de investigaciones sobre este fenómeno y que la desaparición física de  investigadores no puede justificar que fenezcan las investigaciones. El economicista de la propiedad privada Pedro Monreal ha publicado un interesante trabajo sobre este tema.

Como las causas de la pobreza de ingresos que afecta a un número indeterminado de cubanos -que según los últimos datos del INIE de hace alrededor de 20 años sobrepasaban el millón- no son solo imputables a la concentración de riquezas su superación debe ser multilateral. No se trata de una causa olvidada, las políticas públicas de atención a los sectores más vulnerables son encomiables pero insuficientes. Hay interesantes propuestas  para elevar el nivel de ingresos y  en general de la vida de los cubanos “de a pie” que no deben quedarse congeladas en el ámbito académico. Pienso que de una manera u otra el proyecto de Constitución no puede reducirse a identificar los derechos económicos, sociales y políticos de los ciudadanos  sino también  debe indicar las vías para hacerlos efectivos.
Conclusiones.

Además del contenido intrínseco  del proyecto, que incluye su concepción y redacción, lo más importante es el intenso debate que está promoviendo. Muchos cubanos han expresado sus criterios, otros esperan su oportunidad y un tercer grupo más reducido los está expresando en los blogs y otros intersticios del ciberespacio.
Soy uno de esos cubanos que espera su momento oficial pero que como otros tengo la ventaja de este medio.

Me he concentrado de manera crítica en algunas cuestiones, pocas por cierto, que considero relevantes. Considero que una de las dificultades del proyecto es su enfoque reduccionista. El criterio de no abrir un concepto para que las leyes que se derivan de estos lo expliciten puede tener alguna lógica pero también puede ser fatal  al hacer concesiones al peligroso voluntarismo.
Reitero mi consideración de que se trata de un documento valioso, bien redactado y que como un terremoto bueno de ideas está conmocionado la opinión pública cubana como expresión de la democracia que tenemos y podemos perfeccionar.
Carlos M. García Valdés, 5  de septiembre de 2018.

Leer anteriores en:
Primera Parte
Segunda parte
Tercera Parte 







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